El fantasma de tu
risa, de tu voz, de tu ser
Me persiguen sin piedad, el anima de tu aroma,
El espectro de tus dichos, tus suspiros, tu mirar
En el aire vibran tus palabras, como voces de ultratumba
Y en la cama se delinea como sombra, tu cuerpo descansado
Respirando suave, amable, profundo,
Hay fantasmas en mi alma hay fantasmas
Y con pena reconozco: no los quiero exorcizar
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